Crianza con apego en tiempo
de desahucios, en el “hoy tengo casa y mañana no sé”, en medio de la gran
estafa, sin dación en pago todavía, sin alquiler social, plantando cara a los
ladrones de guante blanco; también ahí, crianza con apego.
Crianza con apego sin
saber cómo pagar el alquiler, si vas a llegar a fin de mes, en épocas turbias
de solidaridad infinita, volviendo a casa de los padres, viviendo con los
abuelos, tal vez optando por la okupación rural.
Crianza con apego en tiempos
de rabia, de odio, de desesperación, intentando convertirla en algo
constructivo, para no traspasarla a los niños, para no dañar a los hijos con
tanta incertidumbre. Viendo siempre la luz brillante al final del túnel. Sin
perder el Norte, ni tampoco el Sur.
Crianza con apego cuando
tu jefe te echa a la calle por estornudar, sin indemnizaciones, sin
explicaciones, en la época de los EREs, con millones de parados/as reinventándose
sin ningún tipo de ayuda, con muchas familias, demasiadas ya, pasando hambre;
también ahí, crianza con apego.
Crianza con apego contra
viento y marea, soportando recortes inhumanos en educación, sacando a tu hijo
de la escoleta libre a tu pesar, viendo aumentar las ratios en la escuela
tradicional, sin plaza en la escuela pública, bajo la sombra del oscurantismo y
a pesar de todo, sacando fuerzas para la esperanza.
Crianza con apego en la
era del neomachismo y las leyes injustas, de saltarse a la torera la
conciliación familiar, las reducciones de jornada, del “da gracias que aún
tienes trabajo” y aún así seguir reclamando a diario tus derechos y los de tus
hijos.
Crianza con apego sin
personal sanitario para acompañarte en el camino, porque la sanidad por
desgracia ya no es universal, en tiempos de mano dura y de desobediencia
activa. Mal vista y criminalizada por ser migrante. Acompañada ejerciendo esa desobediencia,
trasmitiéndola a tus hijos por encima del miedo.
Crianza con apego en el
mundo de la despersonalización y el no contacto, donde la infancia no es
prioritaria, donde mujeres y niños (privados de voz y voto) son
los que más sufren; ahora más que nunca, pensando en el futuro: crianza con apego.
Crianza con apego en
la época de las cooperativas autogestionadas, los huertos urbanos, los grupos
de crianza, el consumo ecológico, las madres de día, el “hoy por ti y mañana
por mí”, el “cambio ropa de niño de 6 años por ropa de niña de 3”, en pleno auge
del trueque y el crowfunding.
Crianza con apego enamoradas,
embarazadas, puerperas, lactantes, paradas, desde casa, en el trabajo, en las
calles, en las PAHs, con cientos de sonrisas cómplices de mujeres conocidas o
desconocidas, maternadas desde un ordenador, estudiando de nuevo, movilizadas,
activas, enredadas, empoderadas, deconstruyéndonos, reinventándonos, cambiando
paradigmas desde el anonimato: crianza con apego.
Crianza con apego,
cambiando el mundo en chiquitito, durmiendo con la conciencia tranquila
cada noche, que es ya mucho.
Myriam Moya Tena
Pd: SÍ se puede!
Pd: SÍ se puede!
<3 Qué importante y qué primordial!
ResponderEliminarMuy necesario. Gracias.
ResponderEliminarQue nunca se pierda ni en el peor escenario. mucha fuerza y luz a la distancia!
ResponderEliminarlos pelicos de punta.
ResponderEliminarQué post tan magnífico y verdadero. Ya dentro de poco vuelvo al trabajo y me da una pena terrible separarme de mi pequeña!!! Espero poder desarrollar con ella esa crianza con apego tan especial y deseada sin que los propios demonios aprendidos lo pongan muy dificil. Un gran abrazo desde Sevilla
ResponderEliminarGracias... aveces uno pierde el norte por la necesidad y la presión social-familiar ... acá estoy dando la batalla para esa crianza con apego!
ResponderEliminarMuy conmovedor y muy necesario. Ahora más que nunca, en los tiempos que corren crianza con apego, ahora y siempre. Un abrazo!
ResponderEliminarAnna
Precioso
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