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martes, 27 de noviembre de 2012

Yo leo, ella lee...



Hija mía,

No sé si serás una gran lectora, pero apuntas maneras. Siempre he dicho que serás lo que querrás pero reconozco que me genera una enorme satisfacción verte enfrascada en tus libros y oírte contar tus propios cuentos. Espero saber respetarte si después no te atraen.

Recuerdo que cuando tenías 8 meses tu juguete preferido era un libro. Un libro lo bastante grande como para sentarte encima al leerlo. Aquel libro era para ti como otra casa. Yo, "letraherida" que soy,  pensaba en esa libertad que he vivido desde siempre gracias a la literatura y en que tal vez tú también la elijas para ti. Debo confesar que esto último me emociona tanto.

Yo, por entonces, tenía la teoría de que un bebé, ahora niña, tiene que tener a su alcance por lo menos tantos libros como meses. Tiene que descubrirlos, tocarlos, vivirlos, cuidarlos, sacarlos, meterlos e incluso -especialmente esos de solapas- romperlos del uso.

Un niñ@ en cuya casa se lea de manera habitual prestará por imitación una atención especial a los libros, pedirá leer sus propios cuentos y tendrá mucha curiosidad por los “cuentos” de mamá o papá, (esos libros de mayores que desde siempre has acariciado con tus manitas, aún a costa de dejarme a veces sin respiración porque me los estimo muy mucho). 

Sé que los libros te acompañan como a mí desde siempre, así como las visitas a la biblioteca desde muy pequeñita y, muchas veces, con papá. Son buenas casas también las bibliotecas, lugares de encuentro y de ensueño.

Y además está la narración oral, nuestra otra pasión. Esos cuentos inventados a cualquier hora las dos metidas en la cama o tumbadas en el sillón. Esos cuentos improvisados a dos voces que son siempre distintos, porque tú me ayudas cada vez a crearlos.

Me gusta cómo me los pides desde hace mucho en tus dos idiomas: “mami, un cuento de un porquet azul que tomaba tetita” “un cuento de un porquet rosa con moquetes y su mamá que le curaba con una crema” “un cuento de Buzz y Woody (tus nuevos amigos de Toy Story) en casa y que se van a comer al Wok”. "Un cuento de"… todo aquello que te pasa por la cabeza: tus amigos, tus ilusiones, tu cotidiano, tus miedos, tus sonrisas.

Lo nuestro es un cuentacuentos interactivo, para que luego digan que los niñ@s no saben contar cuentos... que yo explico que la casa está en el bosque, me dices que no que está en la playa. Que digo que el cangrejo es grande me dices que no que es pequeñito. Yo digo una frase y tú otra o al revés. Una buena parte de la historia deja puertas abiertas para la fecunda imaginación de ambas, así que no son cuentos al uso de hadas, castillos y princesas, son cuentos "raros", más cercanos.

Casualmente en nuestros cuentos están también los amigos del parque, la playa, una granja donde vive un elefante, mucha comida, fiestas con baile y discos de papi y tetita, es decir lo que te rodea, tu imaginario de tres años junto a papá y mamá, tus aventuras cotidianas.

Ayer estaba tumbada en la cama porque me dolía la espalda de andar coja y viniste y cogiste la novela erótica que estaba leyendo y me dijiste “Mami, voy a contarte este cuento” y allí maravillada me quedé escuchando tu historia inventada para mí, cada vez más rica en palabras y concurrida en personajes... Y es que te veo crecer y observo con qué pasión miras las letras (no solo los dibujos) y me siento más feliz que una perdiz. 

Deformación profesional, mi pequeña lectora de ojos rasgados, deformación profesional.


Myriam Moya Tena

11 comentarios:

  1. Precioso! Zambra tiene una gran maestra y buena contadora de cuentos, jejeeje! y por supuesto tiene a la escritora en casa, que más se puede pedir??

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  2. Que bonita,por dios,es pa comérsela. Disfrutarlo mucho,vivirlo más.

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  3. Precioso como cuentas estos que en casa también vivimos. Hermoso leerte
    Un beso Myriam

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    1. Supongo que por suerte cada vez hay más niños lectores y contadores de cuentos, besos Carmen

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  4. Precioso Post!!
    A Zambra le encantarían los "cuentos raros" de Simón, que en Diciembre cumple cuatro años.
    También se tratan de sus actividades cotidianas, mezcladas con fantasías. Siempre tienen muchos animales, a veces fantasmas y últimamente "superhéroes" que ayudan animales y personas. Casi siempre él es el protagonista de las historias y mamá y papá somos personajes importantes, junto a familiares y sus amiguitos. Los libros de él se llaman "cuentos" y los de mamá simplemente "libros de letras".
    Me recordaste cuánto hecho de menos mi biblioteca, que en este momento viene viajando desde América por barco, en muchas cajas y llegará en Enero a mi nuevo hogar Europeo. Allí podremos volver a mirar mis libros de letras juntos. Por ahora, sólo nos entretenemos con los nuevos libros de cuentos en alemán, el idioma que estamos aprendiendo los dos juntos.
    ¡Muchas gracias por tu historia de hoy!

    Saludos desde Suiza,

    Araceli.-

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    1. Enhorabuena por ese Simón tan creativo, suerte por Europa, el día que llegue tu biblioteca verás que lindo reencuentro, besos Araceli

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  5. Me encanta cómo haces de lo más cotidiano una historia tan mágica. Qué fortuna teneros de cuentacuentos :)

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  6. Leer, contar y ver leer... Añadiremos el gusto por la lectura. Mi mayor, 7 años, adora la lectura mientras el segundo... No le llaman tanto los cuentos... Ya veremos cuando lea! Pero sobre todo... El ejemplo!
    Por cierto... El mayor este verano tb tuvo el detalle de cogerme el libro de mesilla... Claro q... Éste ya sabe leer!

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    1. jajaja yo le dejo todos mis libros pero confieso que sufría cuando era más pequeña porque los cuido mucho, hasta eso he aprendido... saludos

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