Bye bye puerperio!

Imagen Diane Duda

Nadie te avisa de que un día, sin darte casi cuenta, tu puerperio toca a su fin.

Nadie te avisa de que el agua volverá de nuevo al río, de que se abrirán cauces, compuertas, océanos, mares… inundados de ti, llenos de ti.

Nadie te avisa de que un día tus calcetines, de nuevo emparejados, desearan calzar zapatos nuevos, caminar de la mano de tu hija, hacia otro tipo de aventuras.

Nadie te avisa de que la Sombra dará paso a una luz tan deslumbrante, de que tu madre volverá de nuevo a su altar y le estarás enormemente agradecida, de que te centrarás en tu manada de tres, una vez sanadas las heridas de tu familia de origen.

Nadie te avisa de esas uñas que desean pintarse, de los cabellos que desean crecer, todavía no hay tiempo para mucho, pero el anhelo existe, lo hallarás.

Nadie te avisa de que desearás hacer cosas de chicas, que no son necesariamente solo cosas de madres, a veces con tu hija, otras contigo misma.

Nadie te avisa de que en vez de constelar, de repente preferirás un coach.

Nadie te avisa de que un día irás por la calle y verás hombres, seres apuestos del sexo masculino, tan bellos algunos, tan hermosos… estaba tan olvidado todo, el deseo ha vuelto.

Nadie te avisa de que llegarán de nuevo las letras mayúsculas, y volverán a tirarte de la oreja reclamando su lugar, y tendrás hambre de jazz, literatura y muchas otras cosas y todo será compatible con tu maternidad.

Nadie te avisa de que un día tu hija dejará de considerarse un bebé y se llamará a sí misma “la nena Zambra”, de que dirá frases enteras, de que repetirá la palabra sola y cantará sus propios mantras.

Pero sobre todo nadie de te avisa de que un día tu hija preferirá a papá, y tú te quedarás compuesta y sin novia (aunque sea a ratitos) y, algo sorprendida, pero más feliz que una perdiz verás que la vida sigue abriendo caminos, que todo está en su lugar.

Nadie te avisa de que un día tu puerperio toca a su fin y algo que no tiene nombre, pero que intuyes igual de bello y poderoso, llama a la puerta de tu vida… y lo mejor de todo:

te sabes preparada para el viaje. 

Myriam Moya Tena