martes, 8 de noviembre de 2011

Yo subí el K2 por nuestra lactancia



Nuestra lactancia vista por Paula Dietz.


Cada una, de una manera no siempre consciente, elige las montañas que va escalando en su vida. Son estas montañas reflejo de nuestro presente y nuestro pasado, de nuestro devenir de futuro, de nuestra historia familiar… Son nuestra carta de presentación ante el otro, nuestro espejo, tal vez intransferibles, solo tal vez.

Si hay un ocho mil en mi vida fue el realizado con mi hija Zambra para salvar nuestra lactancia. Éste ha sido nuestro K2 particular, nuestro pico más alto, nuestra hazaña… y ya sabéis que salió bien, pero sigo pensando que de igual manera hubiera valido la pena el tiempo invertido y el sobreesfuerzo físico-mental-emocional si el resultado hubiera sido el contrario.


Zambra nació con un frenillo submucoso importante que no mejoró hasta el segundo corte paliativo en el tercer mes y tuvo desde el principio serias dificultades para mamar. Esto me produjo no solo un enorme dolor de corazón, sino grietas e insurgitaciones repetidas y una serie encadenada de mastitis infecciosas dolorosísimas hasta el cuarto mes que dimos con la solución. Además, Zambra no engordaba, tres semanas después del parto no había recuperado su peso al nacer.

Mi hija requirió suplementación con mi propia leche en jeringas desde el tercer día durante una buena temporada, una semana y pico de biberones de leche hidrolizada (después de la toma y de la jeringa, cuando vimos que era estrictamente necesario) y una media diaria de 12-14 horas de lactancia en unas posturas muy concretas que me permitían físicamente muy poca movilidad. 

Dos meses más tarde la cosa empeoró y estuve un mes amamantándola en posición loba (que era la única en la que más o menos me era soportable el dolor). Hubo que ingeniárselas muchas veces y para ayudarme me construí un lugar especial para dar de mamar con música jazz, una bola del mundo y un montón de cosas bonitas donde mirar, contaba la duración de las largas tomas con el número de canciones y así logré aguantar.

Como podéis suponer mi cuerpo estaba muy resentido (manos, cervicales y espalda destrozadas), mi moral por los suelos y mi vida social quedó reducida al máximo y porque durante cuatro meses viví por y para amamantar. Me duele decir que esta decisión no fue muy entendida ni por alguna de la gente que me rodeaba, ni por los profesionales de medicina natural y holística que hasta entonces frecuentaba. Sobre todo hubo gente que me preguntaba por qué insistía tanto si existía la posibilidad del biberón y mi hija “no se iba a morir”.


A veces cuando no tenía ganas de explicarme, ni de justificar nada, me mordía la lengua para no decir que en esta sociedad tan patriarcalizada una mujer puede ser comprendida por realizar un gran esfuerzo físico y mental (incluso por desaparecer de la vida pública una temporada o tal vez de su familia y su vida privada) para escalar el Everest, prepararse unas oposiciones, acabar una tesis doctoral o un proyecto final de carrera, ser deportista de élite o dar la vida por un partido político o una empresa… pero no siempre por salvar una lactancia.

Porque ¿qué ocurre cuando esto sucede en el ámbito del cuidado, de lo privado, de lo maternal o lo femenino? ¿qué ocurre cuando una hace un esfuerzo supremo por luchar por una lactancia, cuidar con reposo absoluto a su futuro bebé en un embarazo de alto riesgo, atender día y noche sin salir de un hospital a su bebé prematuro y/o enfermo o sobrellevar el enorme duelo de una pérdida perinatal?. Estos esfuerzos, estas hazañas tan importantes para el discurrir de la vida, pasan ante el mundo en silencio, a menudo incomprendidas, criticadas, minimizadas.

En los momentos más duros solía decir que lo llevaba en la sangre, que yo venía de ahí, de mis abuelas, algo así como que era mi herencia, mi linaje. Meses más tarde cuando comentaba con mi terapeuta (la hermosa mujer que me acompañó en mi abrazo profundo a la sombra) el porqué de mi empeño sobre humano por salvar esta lactancia, le dije que la lactancia para mí, la leche materna para mí era la vida, la vida en el sentido amplio de la palabra, la vida opuesta a la muerte.


Y entonces lo ví claro: la vida que me dio mi madre amamantándome con su propia leche y brillando entre las tres pérdidas perinatales que rodearon mi nacimiento, la vida que mi abuela materna (mare dida) había tal vez permitido vivir a varios niños de su localidad o localidades cercanas, la vida que mi abuela paterna regaló a mi padre con su esfuerzo y su leche durante cinco años (y eso que cuando lo parió ya tenía 42), a su séptimo hijo, aquel que nació con menos de dos kilos y le dijeron que no duraría mucho mientras le daban una caja de zapatos para enterrarlo.


Así que ahí estaba, esa oscura y más brillante que nunca razón para seguir cada día amamantando un poco más, para escalar esa montaña, mi ocho mil más preciado, nuestro K2, y sé que todavía me faltan respuestas, ya llegarán.

25 comentarios:

  1. Qué manera de llorar... Gracias, Myriam. Gracias a esta red de mujeres que me enseñan cada día cuales son las cosas importantes de la vida...
    La lactancia no debería ser un sacrificio, no debería ser una montaña tan difícil de escalar... y en ello estamos!
    Gracias, abrazos!

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  2. Yo en tu lugar creo que no hubiera podido, mi entorno terminaría comiéndome y quitándome a la niña. Yo solo tuve grietas y una mastitis de esas que te dicen que nunca han visto cosa igual y todo el mundo me amargaba con sus palabras. Pero la niña, menos mal, crecía. Hasta metiéndome miedos sobre que estaba contaminando a la niña con mi infección algunos ginecólogos! Tienes una fuerza arrolladora, gracias por compartirlo.

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  3. ENHORABUENA, TU HISTORIA ES MARAVILLOSA.
    Enhorabuena por subir esta montaña.
    Yo también tengo problemas con la lactancia, que espero se solucionen pronto.
    Un abrazo.

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  4. Enhorabuena guapa, eres una campeona... gracias por compartirlo! un beso

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  5. Myriam, te acabo de leer ahora. Me quedo sin palabras, sólo te siento cerca, y te felicito, luchadora, leona, que fuerza, que coraje, que espíritu de superviviencia tuyo y de tu cría, ahí vamos, todas juntas, cambiando el mundo, transformando el patriarcado. Hasta pronto.

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  6. Que historia tan conmovedora. Te felicito. Que hermoso sacrificio hiciste por tu hija. Sos un ejemplo! Y toda tu familia, tu mama, tu abuela... Que hermoso legado para tu bebé. UN ABRAZO GRANDOTE Y LLENO DE ENERGIAS PARA VOS!!

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  7. Que intenso relato...

    Me has recordado el duro camino que transité para consolidar mi lactania, en mi caso, una intolerancia a la proteina vacuna hizo que mi hija rechazara toda leche, incluso la de mi pecho.

    Se destetó por 15 días, quince días en los cuales, me extraje cada dos horas al día y tres por las noches. Por mucho tiempo, hasta los 6 meses (desde los 2 meses) tuve que adormitarla para que se prendiera a mi pecho, yo también pasé mucho tiempo amamantando, angustiada, cansada y SOLA. Solo mi marido entendía (la mayoría de días) mi "locura", mi suegra a la distancia (por emails) me suplicaba que no le diese fórmula a su nieta, mientras mi madre se encargaba de gritar a los cuatro vientos que mi leche era aguada, que no servía y que por eso mi niña estaba como estaba...

    Como todo en la vida, cada experiencia te deja algo bueno, a mi, me dejan hasta aquí, 32 meses de una lactancia feliz, una hija que ama su teti, una gran satisfacción personal y lo más importante del mundo: una conexión con mi hija que yo como hija nunca la sentí. He roto una cadena, mi hija trasciende y con ella trasciendo YO.

    Gracias por hacérmelo recordar!

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  8. No es silencioso, no lo es dentro de tu corazón.....yo te escucho gritar "Lo logré " y te felicito de corazón......
    fdo: una montañera

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  9. Me emocionan tus palabras, te felicito, por tu valor, por tu empeño, por ser tan fuerte en un mundo donde esto no se valora. Que la fuerza te acompañe....

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  10. Gracias Myriam, por tu razonamiento, gracias por tu tenacidad, gracias por tu constancia, gracias por ser mi hija.

    Angeles Tena

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  11. Moltes GRACIES Per les teves paraules!
    Realment, molts cops sembla incomprensible de cara enfora tot el q som capaces de fer, i ja ni t'explico com a MARES!

    Molta força Myriam i molta FORÇA a TOTES NOSALTRES!

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  12. Wow!! Que historia más fuerte!! (Voy a dejar de leer tu blog hoy, porque sino vas a tener comentarios mios en cada post)
    Lo de tus abuelas es increíble también. Mi abuela tenía un "hermano de leche", un vecinito al que se le había muerto la madre al nacer, y mi bisabuela salvó dandole tetita. También lo llevo en la sangre, supongo.
    Y es verdad, cuando una se "sacrifica" (la palabra que suelen utilizar los demás) por sus hijos, está loca... La sociedad ha perdido el norte...

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  13. Te dejo unas flores en mi blog, un beso!

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  14. Enhorabuena por tu esfuerzo y tu valentia. Tienes toda la razon, si luchas por cosas materiales, o por cosas valoradas socialmente todo el mundo te apoya y te entiende, pero la luchar por la lactancia materna encima tiene que ser 'justificado' En fin, felicidades por ser asi de valiente

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  15. Impresionante ! Emocionante !! Somo tan poderosas !!!!

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  16. enhorabuena por ese triunfo, precioso y fuerte relato, gracias

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  17. creo que esta subida al K2 ha sido la más bonita que he visto, me hsa emociondooo, enhorabuenaaa!!!!

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  18. Gracias por compartirlo, gracias muchas gracias y felicidades

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  19. Q preciosidad! yo tambien subí el Everest para sacar adelante a mis mellizos prematuros pero hoy me veo enormemente recompensada por ello ya que tras 23 meses seguimos con LM y disfrutando de esos momentos magicos que solo las que hemos luchado con uñas y dientes somos capaces de entender

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  20. Valiente! Como me gusta que sigas tu instinto,como me gusta que seas "madre" y como me gusta que seas tu. Enhorabuena,os lo merecéis

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  21. Enhorabuena escribes muy bonito y eres capaz de trasmitir todos tus sentimientos!!! me ha encantado y te apoyo, a tí y a todas las mamás que habéis pasado por baches en este camino maravilloso...
    Mi bebé tiene 5 meses y estoy orgullosa de darle el pecho! me encanta! apenas tuve unas grietas y siempre digo que he tenido mucha suerte y por eso seguiré dándole hasta que ella no quiera, por todas vosotras que me animáis porque mi alrededor ya me está diciendo que total no me queda más de un mes de lactancia y yo ni siquiera les presto atención... vosotras madres os sigo en todos los blogs, os busco por internet y os siento muy cerca...
    Yo nunca luché pero os alabo y os entiendo y cuando vuelva a tener otro bebé si pasa algo que haga más díficil el camino pensaré en vosotras y subiré mi montaña!!!
    Un besazo enorme

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    1. Suerte con tu lactancia espero que sea tan fructífera y duradera como ambas deseéis, besos Myriam

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  22. Te admiro y te doy las gracias por tantas mamás jovenes y no tan jovenes que con tu ejemplo , amor y persistencia aprenden día tras día...

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