Orígenes

Y entonces de repente todo cobra sentido, día a día vuelvo al origen, hallo la respuesta, agradezco la espera, los muchos años invertidos en mi formación como filóloga, mi paso por cuatro universidades, mis idas y venidas como profesora de lengua y literatura, mi devenir de escritora, poeta, narradora de cuentos...

Y entonces el lenguaje en estado puro aparece ante mí y callo, sucumbo a su magia, aprendo lo que siempre intuí pero nadie supo explicarme, y me alegra haberlo visto todo con mis propios ojos, haberlo escuchado todo, desde la primera comunicación no-verbal al primer fonema, desde el primer monosílabo a la primera palabra bisílaba, las primeras enumeraciones, anáforas, onomatopeyas, sinécdoques... no habérmelo perdido.

Y eso es el lenguaje en estado puro, ése es el milagro, las 60 palabras de una niña de 19 meses -sin escolarizar- que también sabe contar... y eso es la mejor fórmula de comunicación posible: la madre receptora que distingue e interpreta, la madre que sabe que un significante monosílabo tiene tantos significados a ciertas edades que es casi un idioma...

Hace un tiempo volvió a suceder, una mujer me dijo que yo había estudiado "demasiado" para dedicarme a esto. Con ese “esto” despectivo y casi eufemístico se refería a la crianza en exclusiva y consciente de mi bebé, sin duda mi mayor obra de arte, mi clase maestra, lo más hermoso e importante que haré en mi vida y además (y ahora saco a la filóloga que soy) mi mayor aprendizaje... por fin estoy siendo testigo directo de la génesis personal de un idioma y eso para una amante de las lenguas como yo es pura "magia".

¿Te la vas a perder?